21 de julio de 2006

Bloody Summer

white/black
yes/no
...
Zidane/Materazzi
Calderón/AMLO
Israel/Lebanon
Irak/USA
...

tell me, oh mates, does bloody polarity end sometime?

A

20 de julio de 2006

Semana sin madre


No conforme con los traumas que me causaron el mundial y las elecciones presidenciales, se me ocurrió invitar a mis sobrinos a pasar unos días en Houston. Aranchi y Alo, sus apodillos familiares, tienen 11 y 7 años respectivamente, son dinamita pura y el apocamiento no se asoma por sus poros. A esta combinación agreguémosle que nunca he convivido por más de tres días con ningún infante, que no tengo hijos propios y que mi paciencia se mide a cuenta gotas. Lindo resultado ?verdad? Lo cierto es que a ellos no les importó si su tía tenía aguante o no; para ambos estar lejos de casa significaba el grito de independencia, separarse de sus padres por primera vez era lo que más les emocionaba. Finalmente podrían atascarse de los tan prohibidos dulces, engullir hamburguesas de McDonald´s al por mayor, tomar Coca-Cola, ir a la alberca todas las tardes sin límite de tiempo, gastarse el dinero obsequiado por el resto de la familia, en resumen: tener vacaciones de verdad. Claro, lo que para unos son vacaciones para otros es trabajo y debo decirles que ser mamá, aunque sea adoptiva, ha sido una de las faenas más difíciles que he experimentado.

El día empezaba temprano, con el Disney Channel a todo volumen y un par de voces modorras criticando la programación matutina "para bebés;" de ahí, yo empezaba a preparar un nada escueto desayuno: fruta , cereal, huevo, jugo de naranja y choco- milk. Luego venía la lavadera de platos y la organización para salir al museo, parque, tienda o paseo planeado para el día. Después de haber elegido la ropa, peinado a la mayor, exigido al menor que fuera al baño, gritado a los dos que se lavaran los dientes y dejaran de ver la tele podíamos salir a disfrutar del día (para ese momento yo ya contaba con tres canas más). Una vez afuera, tomábamos el mapa camino a la aventura, una más interesante que otra según pasaban los días, sin embargo, aquí les relataré nuestras andanzas en la NASA.

Llegamos ahí a las once de la mañana, justo cuando un camión escolar, de esos amarillotes que se divisan a kilómetros de distancia, bajaba en la puerta de entrada a unos 40 níños, todos vestidos con una playera de color anaranjado rompe-pupila en la que se leía: Day-Camp. !Oh no! Nos acechan los campamentos de verano!!!! Docenas de niños con camisetas de colores más que evidentes pululaban por todo el edificio; los había de todas las edades, colores y sabores. No quedaba un espacio libre; toda esquina, todo lugar estaba ocupado por un chiquillo inquieto y su adulto corespondiente. Empecé con mi serie de instrucciones: niños, no se vayan lejos de mí, no corran por los pasillos, no golpeen a los más pequeños, no... Cuando iba en la regla número cuatro, mis sobrinos, convertidos en marcianos, ya estaban a kilómetros luz, con el traje de astronauta bien puesto y adentro de la nave espacial que los llevaría a la luna, lejos de mi voz autoritaria. Me resigné a quedarme en la Tierra, siempre a la expectativa y tratando de reconocer sus caras en las cámaras de seguridad que ofrece la NASA para que los padres tengan control sobre sus pequeños; por cierto que aún ignoro cómo se ejercerá ese dominio, ya que es imposible alcanzar a los mocosos desde abajo, pero de una video- cámara a nada supongo que es mejor la video-cámara.

Habían pasado dos horas de diversión cuando a los marcianitos les dio hambre y qué mejor que un nutritivo combo para saciarse: Papas fritas en forma de estrella, pizza de pepperoni al puro estilo plutoniano y una refrescante gaseosa traída desde Júpiter, todo por sólo 4.99 (más impuestos) por persona. !Esto de comer al modo interplanetario sale caro! Los marcianos se manducaron todo en un dos por tres y después pidieron una muestra del helado del futuro: dipping dots, que no son más que bolitas comprimidas de nieve con sabores por de más comunes. !Ah! pero como estamos hablando de la más alta tecnología en cuestiones heladísticas me cobraron tres dólares (más impuestos, por supuesto) por vasito. De la comida a los juegos, de los juegos al paseo por las oficinas de la NASA, del paseo al baño, del baño a tomar agua, de tomar agua a la exhibición temporal, de la exhibición temporal a la exhibición permanente, de la exhibición permanente a los juegos, de los juegos a la tienda de recuerdos, de la tienda de recuerdos a los juegos otra vez y así sucesivamente. Ya a las cuatro de la tarde, cuando sentada y exhausta observaba por la cámara de vigilancia a mis marcianos jugar en la estación lunar, me preguntaba a mí misma por qué no vendría un hoyo negro a absorberse a los otros trescientos marcianitos que gritaban a mi alrededor. Salimos, más a fuerza que de ganas, a las 5:00 de la tarde. Cada uno de los marcianos cargaba con una bolsa llena de juguetitos, camisetas y regalos que recordarían para siempre la visita al espacio. El tráfico me esperaba ansioso en la autopista 45 y el coche se había cocinado en el estacionamiento con los 40 grados del calor típico del verano en Houston. Llegamos a casa después de una hora de viaje y a Adrián le tocó chutarse el turno vesperino en la alberca. En la noche, los marcianos se bañaron, cenaron, todavía vieron tele y se fueron a la cama. A las 10:30, ya cuando había un poco de silencio, me daba cuenta de que mi universo era un desastre y de que estaba a punto de abordar el Challenger.

Así fueron todos los días de la semana, sin descanso, sin reflexión, sin tiempo, sin madre. Pasamos día a día de atracción en atracción (imagínense la visita a Sea World, por ejemplo) y estando siempre al pendiente del par de marcianitos que ayer tomaron el avión para regresar con sus padres, felices y después de haber logrado todos sus objetivos. No lo niego, con todo la pasé bien, pero igualmente es un placer anunciarles que hoy la ciudad espacial por fin descansa y yo también.

A.

3 de julio de 2006

Se rematan baratitos ...Ganadores


Ayer 2 de julio por fin nos fuimos a votar. En mi caso, a estas alturas ya me lo había pensado bien, no fue la mayor ciencia, tachar la boleta, enseguida el dedo pintado y listo, contribuimos a la nación.

Todo parecía un domingo cualquiera, sin más novedades que unas calurosas votaciones en el país. Solo que en la conciencia albergábamos la duda de: ¿Quién de los dos va a ganar?

Los datos oficiales aseguraban una ventaja a Calderón, pero AMLO emparejó, y así el tranquilo domingo se puso a tono de Mundial, de acuerdo a las ultimas noticias México en su política esta sufriendo una acalorada y agotadora etapa de Penales entre el Atlético Felipista y el Real del Peje.

Las emociones de todos los mexicanos están al borde de la piel, y la vida me tiene con los nervios más maltratados que un perro chihuahueño en cruce de autopista. Entre el soccer y las elecciones ya se me murieron media docena de neuronas, y mi corazón de pollo ya no aguanta ni un gol más, ni la mas inocente encuestita.

En vista de los resultados de las elecciones, ahora "voto" porque no nos limitemos, tengamos una dupla de presidentes en lugar de uno. Si AMLO y Calderón se llevaron su respectivo 30% de votos, que los dos sean presidentes, asi matamos millones de pájaros de un tiro: un AMLO dispuesto a superar las condiciones más necesitados y otro Calderón con los empresarios de su lado derecho.

Carlos Monsivais en una entrevista con López-Doriga dice no saber porque tantos aspiran con fervor a ser presidentes de México, le parece el trabajo mas complicado y desgastante en un país enproblemado hasta el tuétano.

Honestamente, creo que hay tres situaciones despreciables, primero ser mexicano votante, que nos tengan con la agonía después de 1 año de una cansada lluvia de publicidad para no tener presidente. Después ser Borguetti ( no le perdonamos el autogol al boludo) y ser AMLO o Calderón, que uno, por un pelo de rana calva, por algún votante distraído o por la flojera del que se quedo en su casa, no va a ganar.

Para colmo de males, el Consejero Presidente del IFE, Luis Carlos Ugalde anuncia usar un método científico avalado por cinco importantes especialistas mexicanos en el conteo de los votos, pero al paso que van parece que realidad están usando un ábaco.

En fin......un aplauso a los votantes.

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