5 de septiembre de 2006

Pobre Oaxaca



Para seguir con el ambiente "político-depresivo" hoy hablaremos de Oaxaca. Sí, ok, hoy el trife anunció quién será el presidente definitivo; oh qué bien, felicidades al ganador, etc etc etc. Sin embargo, el asunto de la presidencia en México ha dejado de lado otros problemas bastante graves, por lo que nos desviaremos del tema "nacional del día" para hablar un poco del olvidadísimo y "tapadito" estado de Oaxaca. Y, recordando lo que hace poco dijo nuestra bloggera amiga Janell en un comentario, que lo importante se escribe en los blogs, no en los periódicos, les posteamos aquí un correo electrónico -escrito por la oaxaqueña María Esperanza Dávila Coronado-, que nos envió esta mañana Kena, una amiga de Oaxaca también.

Así, que sin más comentarios, los dejamos con el mail y con algunas fotos; todo de primera fuente.

De aquí para allá:
UNA DE DOS

P.d. Gracias Mariespe y Kena.






Como saben, el conflicto en Oaxaca está tremendo y en
estas últimas semanas se ha agravado. Estuve en Oaxaca
por 6 días y el ambiente que se respira ahoga, es
estresante y crea una verdadera paranoia en quienes
viven allí.


La ciudad completa –no sólo al centro, sino toda la
ciudad- está llena de pintas en las calles, algunas en
paredes que se han repintado y les vuelven a escrbir
consignas encima, el aspecto de la ciudad es
deplorable… la ciudad se paraliza pues la mayoría de
la gente sale de su casa sólo a lo necesario y
fundamental, agregando el “toque de queda” que se vive
a partir de las 8 ó 9 pm, la ciudad enloquece con
tráfico, con filas largas de personas que están
esperando el transporte público para irse a sus casas
para dejar las calles completamente vacías, la ciudad
se muere…


En medio de la basura por la calle que no es recogida
pues el servicio de recolección no sale todos los días
por temor a que les tomen sus unidades, con olor a
llanta quemada de las barricadas, con ollín por todas
las calles donde por las noches colocan obstáculos y
al día siguiente son removidas por vecinos o
transeúntes, con fogatas que se prenden por las noches
en las bocacalles con ramas de árboles y demás
objetos, donde es imposible pasar y en algunas
ocasiones te cobran para hacerlo y llegar a tu propia
casa, con miles de personas sin poder trabajar,
desplazándose a otros lugares para seguir realizando
sus labores, con helicópteros que de repente
sobrevuelan ciertas zonas y en especial, con el estrés
y la paranoia con que la mayoría de los habitantes
vive este tiempo, es inconcebible.


Aunado a esto, la ola de inseguridad que se ha
desatado pues no hay policías en las calles, los
semáforos de muchas avenidas y calles han sido rotos y
no funcionan, se crea un caos vehicular tremendo, la
gente no respeta las señales y los asaltos a comercios
y particulares es más frecuente, por lo que ví en la
zona en la que estuve, el robo de autos, el asalto a
casas, el saqueo a negocios, personas cristalenado
autos a la vista de todos sin importar nada, son
cuestiones que se viven al día y de verdad sacan de
casillas.


La mayoría de las escuelas no están impartiendo clases
por seguridad a los alumnos, otras por que no hay
maestros, otras más porque se encuentran ubicadas
cerca de algún medio de comunicación tomado y su
acceso lo imposibilita…es realmente de no creerse
después de ser Oaxaca una ciudad en la que podías
estar tan seguro y tranquilo.


Espero con todo el corazón como oaxaqueña que se le
ponga un alto a este conflicto que a quienes ha
perjudicado es a los oaxaqueños que no pueden tener su
vida tranquila como la han llevado siempre, a todos
que se la viven pensando antes de salir de sus casas
en su seguridad y en miles de opciones por las cuales
circular pues muchas calles se encuentran bloqueadas,
a quienes no pueden trabajar por que sus zonas de
trabajo están tomadas, a quienes temen por la
seguridad de los suyos y más… es nuestro deber exigir
una pronta solución.


Les anexo unas fotografías que les darán una idea de
cómo está la ciudad por las mañanas cuando la
población aprovecha para salir de sus casas así como
el aspecto y el ambiente que deja la actividad
nocturna que toma la ciudad.