Durante esta semana les haré un recuento del viaje y, por si se animan a ir, les paso un itinerario para cuatro días que, por lo menos a Adrián y a mí nos resultó muy bien.
Día 1:
Después de pasar más de medio día en el aeropuerto, Adrián y yo nos pudimos subir al avión que nos llevaría de Buenos Aires a Ushuaia. Hay que decir que los vuelos diarios para llegar allá no parecen ser suficientes para la cantidad de gente que viaja a la ciudad. Así que, si van en época de vacaciones, más vale que se lleven algo para entretenerse en el aeroparque. En fin, pero ése es un detalle y creo que es un sufrimiento típico cuando se sale de vacaciones.
Ushuaia desde el cielo.
Esa tarde no quedaba mucho por hacer en la ciudad, ya que las últimas salidas de los paseos turísticos son a las 4:00 de la tarde. No obstante, las oficinas de turismo permanecen abiertas hasta las 8:00 de la noche, así que nos dimos la vuelta por la oficina central. Después de revisar los folletos que nos dieron, fuimos al muelle a contratar un par de "tours" para los dos días siguientes. Nos decidimos por un paseo en velero para visitar un par de islas ubicadas en el canal Beagle y por una visita para ver pingüinos. En el muelle hay varias compañías turísticas y su precio depende del tipo de transporte que manejen, pero de eso les hablaré luego. Una vez decididos los paseos nos fuimos a caminar por la calle principal de la ciudad, la San Martín. En ésta se concentran la mayoría de las tiendas para turistas y los restaurantes también. Así que vale la pena pasear un rato por ahí para abrir el apetito.
Si les gusta la comida del mar tienen que ir a "La casa de los mariscos";los platillos son deliciosos y los pescados y mariscos son frescos. El lugar está lleno de gente local y foránea, por lo que a veces hay que esperar un poco por un lugar, pero la verdad es que vale la pena porque hasta el pan que ponen en la mesa está bueno. Esa noche cené una pasta casera con mariscos que estaba supercalifragilísticoespialidosa y tanto Adrián como yo pedimos la cerveza típica de la zona: una Beagle.... ñam!
Beagle, la cerveza oficial.
Después de cenar decidimos ir al "Café de la esquina" donde nos tomamos un capuccino con rayadura fina de chocolate, la cual se iba derritiendo poco a poco.... !la gloria!
La comida en Ushuaia es espectacular, todo lo que comimos nos gustó y nos dimos un buen atracón.
Salimos del café y todavía había luz, así que caminamos hacia el hotel. Eran las diez de la noche... y todo sereno. Después de 25 minutos de subidas y bajadas llegamos al hotel y se nos acabó el día, un buen día.
A.