20 de febrero de 2014


 


La salvación: una respuesta jocosa al artículo de Michael Crowley sobre Peña Nieto.
Amira Plascencia Vela
20 de febrero de 2014



En esta reflexión no pretendo ahondar en el análisis discursivo como es debido, ya que este espacio no le da cabida a ese tipo de estudio. No obstante, resalto aquí algunos de los puntos más evidentes del artículo publicado en la revista Time sobre el presidente de la República Mexicana: Enrique Peña Nieto. Aclaro que analizo el artículo en la versión publicada para Estados Unidos (edición del 24 de febrero de 2014. Autor: Michael Crowley).  Para facilitar la tarea, iré citando los puntos que veo más álgidos párrafo a párrafo y ustedes podrán opinar. Sin más por decir, deditos a escribir.
El título original es: Mexico’s New Mission. It’s the new emerging market. But can Peña Nieto and his team of reformers really turn their country around? [La nueva misión de México: un país con un mercado emergente, pero ¿puede Peña Nieto y su equipo de reformadores cambiar de fondo al país?]; el encabezado es claro: el enfoque del artículo está en las finanzas, la economía y el “nuevo mercado emergente que es México”, por tanto sé de entrada que (posiblemente) no se explorarán otros temas “peliagudos” que atañen seriamente al país y son parte inherente de un sistema que integra a la sociedad mexicana.
De ahí al primer párrafo que comienza declarando la dura tarea que es gobernar un país como México desde la residencia de Los Pinos (donde a las 9 de la noche EPN sigue trabajando), rodeada de soldados con uniforme camuflado y rifles listos para cualquier contienda, por lo que Crowley agrega: “Fort he 47-year old President, it was a reminder that the presidency isa deadly serious business—especially at this pivotal moment in Mexican history”. Sí, sin duda gobernar es algo serio y peligroso en México y en China; los asuntos políticos son complejos, punto. No obstante, pienso que al menos EPN y sus manos derecha e izquierda (y sus pies, cabeza, etc.) están muy bien protegidos. Si comparamos su privilegiada realidad con la de los ciudadanos comunes que, sin querer ni buscar la oportunidad, pueden estar en medio de una balacera a plena luz del día, que los asaltan y roban los carros en el estacionamiento de un súper, que los secuestran, etc. Entonces podemos decir que el presidente está en la gloria. Sí, Michael, ciertamente este es un punto muy álgido en la historia del país, no sabes cuánto, pero al menos Los Pinos tiene una protección envidiable.
En los siguientes dos párrafos, Crowley entra de lleno en la situación que EPN y su equipo inmediato ya están salvaguardando, incluso mientras escribo: “Five years ago, drug violence was exploding, the Mexican economy was reeling […] Now the alarms are being replaced with applause. After one year in office Peña Nieto has passed the most ambitious package of social, political and economic reforms in memory. Global economic forces, too, have shifted in his country’s direction. Throw in the opening of Mexico’s oil reserves to foreign investment for the first time in 75 years, and smart money has begun to bet on peso power”. A ver, a ver, que alguien me explique con pasteles y manzanas estos dos parrafitos porque, que yo sepa, este memorable paquete no se ve muy claro todavía, a excepción de la privatización del petróleo, que Crowley ve como algo fundamental para el país (mas no explica por qué o cómo… no sé, dónde quedó el periodismo sesudo). Además, que yo sepa también, la violencia sigue ahí, a flor de piel, pero el discurso la está dejando atrás, como un puro asunto anecdótico y resalta lo bien que México está despuntando financieramente (Claro, ¡cómo no lo vi antes! Solo por eso el país está mejorando notablemente, pero también lo dudo porque tengo que ir a investigar las fuentes de información originales para ver los datos concretos que Crowley sólo me ha esbozado en esta lectura).
¡Ah! Bueno, pero en el siguiente párrafo me lo va a contar, ya que comienza con la pregunta: ¿Quieren pruebas? (y yo que ya estaba de mal pensada). “On Feb. 5, Mexico's government bonds earned an A-- rating for the first time in history when Moody's revised its assessment of the country's prospects, ranking it higher than Brazil, the onetime darling of international investors, and making it only the second Latin American nation after Chile to get an A. "I believe the conditions are very favorable for Mexico to grow," Peña Nieto told TIME in an interview at the Los Pinos compound. "I'm very optimistic." ¿Quéeeeeeeeeeee?  ¿Esa es la prueba? No te lo puedo creer, Michael, anda, dime que tienes más, que puedes explicar otras cosas, más allá de ese datito y la respuesta de EPN. De ahí, Crowley nos sigue dando atole con el dedo diciendo que Obama seguro va a estar muy contento de ver el resurgimiento económico de México (C’mon, Obama!). De ahí siguen más y más halagos para el momento de México y no vale la pena ahondar en ellos porque carecen de fondo ideológico.
Más delante, Crowley nos dice que si bien México es la nueva promesa en el firmamento, está en peligro de desilusionarnos porque la corrupción y los malos manejos del país son algo endémico y algunas de las reformas de EPN están en peligro; sin embargo, eso no es lo más importante, sino lo que viene después,  una oración temerosa y pequeñita: “y el tráfico de drogas, que se relaciona al crimen y violencia, sigue estando ahí”. ¡Ajá! Al menos ya lo dijiste, tímida, pero claramente, este es un asunto que no se puede negar ni se puede dejar de lado porque sería hasta antiético; veamos cómo resuelve esta oracioncita dentro de un discurso ya de por sí obtuso.  “Officials and experts in both Mexico and the U.S. describe a country at a pivot point. "This is dramatically different from what we've seen before," says Duncan Wood, director of the Mexico Institute at the Wilson Center. "I reserve judgment for the time being on whether this is all going to work out.” ¿Creen ustedes que Crowley ahondó más en estas citas y comentarios que están descontextualizados? Obvio, no, por lo tanto, habría que investigar la entrevista original con Duncan Wood y ver por qué piensa que todo va a salir bien, bajo qué parámetros y qué datos avalan su opinión como erudito del tema.

Posteriormente, Crowley hace un salto abruptísimo a la segunda parte del artículo (“Las nuevas generaciones”), donde escribe una semblanza de EPN y lo ensalza con adjetivos como: joven y original (en realidad dice “fresh”, pero no da para hacer una traducción literal, o tal vez sí, pero con un sentido sarcástico: ¡qué fresco el EPN, ocurrírsele este artículo!). ¡Ah! pero su gran desgracia fue pertenecer a la élite, esa élite que llevó a México a la ruina (no miento, lean el artículo para que lo constaten, nada más me falta la Gaviota para hacer el nuevo guión de televisa: El salvador). No obstante, a pesar de esa élite que casi lo aplasta, Peña Nieto reivindicó al PRI, renunció a los actos corruptos y prometió contener la violencia, así como modernizar el sector energético y el sistema fiscal (oh, yeah, Baby!). Además, como nota curiosa, Crowley añade que el presidente es galán y que su campaña estuvo cargada de una “sutil energía sexual” (palabras literales del artículo) con la famosa frase: “Peña Nieto, bombón, te quiero en mi colchón”. Al llegar a esta parte del artículo, me pregunto: ¿Neta? ¿He leído hasta acá para llegar a la sutil energía sexual de la campaña del presidente? De verdad que este artículo no tiene de dónde fundamentarse, no tiene de dónde; aunque, pensándolo bien, su fundamento podría estar en esa energía sexual que mantiene firme al presidente…. Sí, eso es, no hay de otra, porque, hasta ahora, no hay datos contundentes que sostengan las 5 páginas del artículo.

De ahí vienen unos párrafos más donde se explican las críticas que recibió EPN durante su campaña por parte de sus opositores (entre ellas se menciona de pasada aquellito de que no pudo nombrar tres libros que haya leído en su vida), sus batallas para llegar a la presidencia (sí, cierto, Soriana estuvo dentro de esas “grandes batallas”) y demás puntos débiles que lo impedían llegar a la silla presidencial. Sin embargo, el ave fénix pudo resurgir de las cenizas, por lo que Crowley agrega: “But whatever he may lack in literary erudition, Peña Nieto compensates for in political prowess. He is assisted by a group of young technocrats, many with advanced degrees from outside Mexico, who together put a decidedly more modern face on a very old and very distrusted PRI machine.” O sea, hay que perdonarle al presidente que no sepa ni papa de cuestiones literarias (que eso no es el punto, en realidad no lo es, pero qué podemos decir ya para pintar mejor el panorama, ¿no? Echémosle la culpa a la literatura por el momento)  porque en cuestión de política tiene una pericia como ninguno, y para ello se ha rodeado de personas con títulos del extranjero (¿acaso los títulos que otorga el país no son suficientes para “sacar al país del hoyo”?). Por favor, eso de los tecnócratas es discurso ya bien conocido por todos nosotros; cuando Salinas estaba en el poder la palabra “tecnócrata” resonó por todas partes y fue sinónimo de confianza y buenaventura. No estás diciendo nada nuevo, Crowley, es la misma gata volteada. ¿Dónde quedó tu investigación histórica? ¿Te asomaste a fuentes bibliográficas del país? ¿De casualidad conoces “Proceso” (por decir solo una fuente)? Me parece que no y también que te pagaron muy, pero muy bien para escribir todo esto. Te lo digo así. Además de que es tu firma la que lleva la imagen del país al resto del mundo… Shame on you!

Ya para este momento veo la lectura como un asunto perdido, insondable, pero sigo leyendo y llego a la página 3 que nos hace un resumen de la  historia de México y sus reservas petroleras. Bla, bla, bla, Lázaro Cárdenas…. Bla, bla, bla, 1938, bla, bla, bla, el petróleo es de la gente. Sí, sí, sí, ya leí, ahora qué… comentarios de EPN sobre la reforma:  “Under the new law, foreigners will again be able to explore for oil in Mexico and extract Mexican crude for profit, even if the oil technically still belongs to the people--a point Peña Nieto is careful to underscore. "The world has changed, and especially the energy sector has changed," he says, rebutting the suggestion that he has allowed his country to be stripped to its skivvies. "The state does not compromise in its view that the property continues to be owned by Mexico. It belongs to all Mexicans." Peña Nieto, quién te dio clase de oratoria y análisis discursivo, por favor dime para no ir con esa persona. ¿Cómo puedes decir que el petróleo sigue perteneciendo a los mexicanos, pero que lo van a explotar los extranjeros? No entiendo, de verdad que no, por más que lo recalques. Podemos discutir mucho sobre Pemex y sus manejos (que eso es harina de otro costal), pero no quieras pintar un horizonte prometedor sin fundamentos. Si fuera así, si realmente fuera la riqueza de los mexicanos, entonces ya la habríamos visto reflejada en la estructura interna del país, comenzando con la educación porque, por si no te acuerdas, nuestra mayor pobreza está en las tasas de analfabetización (al 2010, según la INEGI, un 6.9% de los ciudadanos de este país mayores de 15 años no sabían leer ni escribir, eso sigue siendo un porcentaje alto, en mi opinión); en el alto porcentaje de migrantes que se van porque faltan oportunidades de trabajo o por la inseguridad (en el 2005 un 1.1 millones de mexicanos mayores de 5 años vivían en el extranjero y el 18% estaba en Estados Unidos, según la INEGI). ¿Qué te parece, mi querido presidente, sigo con los números? ¿Realmente crees que la privatización del petróleo va a traer cambios de raíz? Si fuera así, lo aplaudo de antemano, pero queda todavía mucho por ver.
Después  leemos que Peña Nieto entró a la presidencia en un excelente momento a nivel global; que los inversores internacionales le aplauden; que estamos en la encrucijada hacia lo modernidad (lo estamos desde antes de que yo naciera, ya que mis padres recuerdan otras cositas que me contaron, que están registradas y se relacionan con “la encrucijada hacia la modernidad" que tanto han prometido nuestros gobiernos durante años). Lo único que resalta aquí es la intervención de Manuel Camacho Solís, quien dice que el rápido crecimiento de un país  tiene el peligro de producir más oligarquía que prosperidad común y que si no hay una voluntad política firme, México no se va a parecer a Noruega sino a la Rusia de Boris Yeltsin.  Vaya, hasta que veo algo más coherente dentro de toda esta vanagloria.
La última página es un poco de todo, se resalta la violencia en Michoacán (que no se sabe en qué va a parar, pero que EPN está combatiendo), en cómo EPN quiere cambiar la conversación hacia el exterior y no hablar de violencia, sino de fortalecimiento económico (muy conveniente), en cómo EPN y su equipo están trabajando para sacar objetivos a largo plazo (mas no se puntualiza de qué manera ni qué objetivos concretos), etc.
La última frase de Crowley, sin embargo, llena de esperanza a cualquiera: “But is it possible that America's leaders could learn a thing or two from its resurgent southern neighbor?” Vaya Crowley, qué valiente eres al escribir esta pregunta; no has fundamentado la mayor parte de sus argumentos y todavía te preguntas si Estados Unidos puede aprender del resurgimiento mexicano que tú mismo has esbozado en este artículo. Deja que te diga que el resurgimiento de un país no es solamente económico, bajo ningún motivo, eso significa mantener una perspectiva obtusa y ligada únicamente al dinero, lo cual no es suficiente, ni digno, ni justo. Aunque tal vez no estés tan errado en cuanto a usar la palabra “resurgir”, la cual, según la RAE, significa (en su primera y más usada acepción) “volver a aparecer”. Sí, con este artículo no aparece México de nuevo, sino Peña Nieto, quien ya tiene una imagen muy pobre ante sus ciudadanos y no le queda más que buscar salidas internacionales. Sí, vuelve a surgir el presidente. Está bien, veremos qué tan lejos llega esta portada y el artículo. Por tu parte, Peña Nieto, hoy más que nunca, gracias a este empujón internacional que te está dando TIME, espero que dejes las palabras de lado y realmente beneficies a tu país, que también es el mío y que tanto me duele.
Fe de erratas: en la versión  original, por causa del subconsciente maltrecho escribí Ernesto en lugar de Enrique... shame on me!!! Ya lo arreglé, si no voy a estar peor que Crowley y el mismísimo EPN.

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Mexico's New Mission - TIME http://content.time.com/time/magazine/article/0,9171,2165465,00.html#ixzz2tsoMpAFh

 

22 de noviembre de 2010

Buscando a...

Hoy me levanté, me tomé un té y me senté a ver los mensajes electrónicos, la rutina parecía ser la de siempre, nada nuevo; pero había un mensaje de una amiga, era un "Forward" que se titulaba: Buscando a Juan. Antes de abrirlo, pensé que se trataba de uno de los tantos chistes que recibo día a día en mi correo, pero no, no era un chiste, era un llamado... un llamado urgente para encontrar a una persona perdida. El mensaje contenía una fotografía, la abrí y reconocí esa cara inmediatamente, era el hermano de un viejo amigo. No podía creerlo, pensé que estaba equivocada, pero no, era él, era Juan, era ESE Juan, el que trabaja arreglando computadoras en el Tribunal Superior de Justicia de Zacatecas. Aun así, por messenger le pregunté a otra amiga si se trataba de él. Me dijo que sí, que no hay noticias y que lo están buscando. Lo cierto es que Juan no desapareció así como así; lo secuestraron de manera violenta hace más de una semana. Su novia vio todo y los secuestradores la dejaron con un Jesús en la boca y con la promesa de que se lo devolverían; esa promesa, no tengo que ser muy explícita, no se ha cumplido.

Es la segunda vez en menos de seis meses que abro mis mensajes de correo electrónico y me encuentro con una cara conocida a la cual sus familiares no han podido ver en días porque han sufrido un secuestro o han desparecido. Dos en menos de seis meses... es mucho. Son caras de personas que trabajan, que se esfuerzan diariamente y que, como muchos de nosotros, se rehusan a vivir en un país violento y lleno de incertidumbre.

Me pregunto cuántos mensajes más tendré que abrir donde se pidan informes de personas secuestradas, me pregunto si en algún momento esta "ola de violencia" terminará, me pregunto si nuestro México lindo y querido tendrá una tregua. No lo sé, y siento una gran impotencia. Lo indudable es que hoy buscamos a Juan, y a Pedro, y a Laura, y a Rosa... y a todas esas caras (conocidas o desconocidas) que han desparecido a causa del narcotráfico y la violencia inusitada que se vive en nuestro país. Esperamos encontrarlos y que regresen con bien.

12 de julio de 2010

La plaga de los Juanes



Desde niña sentí que del apellido Barragán siempre colgaba un Juan. En las frecuentes e involuntarias reuniones familiares cada diez segundos alguien se veía obligado a resbalar en la repetición de una piedra sonante el nombre de Juan. En realidad había demasiados: Juanito, Juan chico y grande, Juan Carlos, Juan Randolfo, Juan Miguel, y la lista se aderezaba de otras tantas dosis de Juanas. Para los Barragán no era sólo cuestión de reproducirlos también nos habíamos encargado de recolectarlos. Mi tía mayor se había casado con un Juan, a quien llamábamos por su apellido: Juan Morales, la hija de ambos a su vez se casó con un Juan Antonio, que para efectos prácticos y poco románticos fue aterrizado en Toño. Incluso mis abuelos llegaron a tener vecinos sin relación familiar conocida, en donde padre e hijo también tenían los nombres de Juan Barragán, y sumando con los nuestros se nos iban los días desenredando el nudo de las coincidencias.


Si cierro los ojos un segundo se me adhiere la imagen mi abuelo Juan Barragán Martínez, aunque mi papá dice que andaba a caballo yo lo recuerdo en bicicleta y siempre con sombrero. Nació en un pueblo que sólo un milagro lo ubicaría en un mapa: La Pila, y en la única visita en la que subimos a todos los juanes en varios coches hacia el dichoso poblado, yo esperaba que se nos revelara el sentido de tal destino de nombres en un par de bocoles, pero no pudimos encontrar ser humano en sus pocas cuadras y tras una nube de polvo sólo se distinguía una iglesia triste. Era poco lo que se sabía de todos, de mi abuelo nadie se imaginaba por qué tenía los ojos verdes y la tez tan blanca; alguna vez lo escuche hablar tének, la lengua de los huastecos, y lo único personal que me dijo en 32 años fue que los indígenas de su pueblo lo apedreaban por qué su piel era transparente. A todos nos heredó la fuerza de una distracción sin remedios, que no nos hacía sorprender cuando la vista de mi abuelo se debilitó un poco y en la calle confundía a mi abuela con una mujer desconocida con quien quería platicar. A los 90 años, parecía que la plaga de esos Juanes estaba ahí con él, en los gestos de su sueño senil, en sus párpados y en el fuerte apretón de manos que le daba a mi papá durante sus visitas, y cuando chocaban sus puños como adolescentes mi abuelo reía y nos hacía querer más de ese Juan por cien años más.



13 de noviembre de 2009

¡Oh! Regina

Martes 10 de noviembre, 7:45 p.m.
Auditrorio Verizon Wireless
2 entradas

El concierto de Regina Spektor nos esperaba con las puertas abiertas. El Adriancito y yo estábamos en la fila con los boletos en la mano, listos para entregarnos a su voz dulzona. El escaner reconoció el código de barras de los boletos y entramos al auditorio. A Regina la conocimos en una película; era parte de la banda sonora y nos gustó.

Todo iba bien, hasta que entramos al lobby del auditorio. A nuestro lado derecho, una fila de adolescentes comprando sus respectivas camisetas; a nuestro lado izquierdo, otra fila de adolescentes comprando hot-dogs, palomitas, referesco o cerveza (si es que su identificación "oficial" daba para presentarlos como mayores de edad). Enfrente, adolescentes hablando y haciendo comentarios: --oh! Regina is soooooo coooooooool.
Nosotros estábamos soprendidos, pero creo que nuestra entrada les causó más conmoción a los jóvenes, porque, de pronto, las miradas se clavaron en nosotros. He ahí el momento identificatorio...llegaron los treintones (o, para el mismo efecto, cuarentones, cincuentones, ustedes pongan la edad, ellos la tomarán igual). En efecto, estábamos en medio de un espacio ajeno, joven, neo-ochentero, totalmente adolescente.

Lo primero que comentamos el Adriancito y yo, fue: Pero, cómo, Regina es para los adolescentes? !No puede ser! Además, nosotros tan "open-mind", tan innovadores, tan todo... Cualquier comentario, o pensamiento, se veía mutilado por las miradas de nuestros adversarios. Había que hacer algo, y pronto...
... Compremos una cerveza. !JA! A nosotros no nos piden la identificación, y a !ustedes sí, chamacos! Salimos del lobby con la cabeza en alto, pero entramos a la sala de conciertos y nos encontramos a otras parejas "de edad", como nosotros, todos soprendidos y con una cara de vergüenza que delataba lo indecible: Me gusta Regina Spektor (gulp!... a mi edad?!).

De cualquier forma, no había mucho qué hacer, ya estábamos ahí, y era claro que no nos íbamos a ir porque el resto de los asistentes no lo aprobaban. Así que nos sentamos a esperar. Minutos después, los adolescentes fueron tomando sus lugares, detrás de nosotros se sentaron cinco chicas que no dejaban de reírse (ni hablar, nos toca aguantarlas). Llegaron los teloneros, la banda Jupiter One abrió el concierto, muy jóvenes también... adolescentes. Adrián y yo los comenzamos a escuchar un poco incómodos, pero pasados unos minutos pensamos que no tocaban mal. Media hora después comentábamos que tenían talento y, si seguían así, tendrían una carrera prolífica (acá "los grandes" nos permitimos la crítica del maestro y la experiencia total).

Por fin salió Regina al escenario. Muy sencilla, con un vestido negro, la piel traslúcida y sus labios rojísimos; parece algo tímida cuando se dirige al público, pero cuando se acerca al micrófono no hay quien pare esa voz. Los adolescentes se emocionan, cantan con ella, le gritan que la aman, que la adoran, que es "tan cool". Las canciones siguen; ellos se paran, aplauden, bailan y, poco a poco, nos envuelven en su ambiente. Pasado un rato, los jóvenes y los viejos llegamos a un acuerdo: Sí, nos gusta Regina. La amamos, la adoramos y pensamos que es "cool". Por hora y media nos entendemos y cantamos, cantamos, cantamos....