27 de octubre de 2008

Entre disfraces


¿Cuántos años tienes?

Treinta- Respondo...

Seguida de esta línea de diálogo, mi interlocutor abre la boca y una gota de baba lentamente escurre por la comisura derecha de sus labios. Acto seguido, se lleva una mano a su ya mencionada boca y abre los ojos para acentuar en un alarido su respuesta.

¡¡¡Pero si no pareces tan vieja!!!

Por si no lo saben, este año me materializo en la hermana fea de Chucky, y bajo la lluvia me reproduzco en varios Gremblis. Para variar, hoy es 31 de octubre y si tanto espanto a veces a causado mi año de nacimiento, más vale que me evite el disfraz. Si elijo ser alguna bruja, dinosaurio o diablo, cuando mucho provocaré (en altos grados etílicos) alguna risa en un rincón, mientras que si voy repitiendo los "treintas" en ecos consecutivos entre los rincones del lugar, con suerte y hasta un lágrima de terror a alguien arrancaré.

Lo peor, es que ni siquiera se sienten tantos años. Es la misma "vaina de siempre", las mismas metidas de pata, los mismos dramas telenovelescos, los mismos dilemas. Ni el terror ni la sabiduría asuman por alguna parte. Lo único que pasa por estos lugares de "tres pisos" es que todo importa un poquito menos que un centavo de devaluado peso mexicano.

Y esto, se lo dedico a Amira, que se acaba de unir al club de los 30´s y se disfraza mañana para una fiesta, un abrazo treintañero para ti, entre las risas maquiavélicas de nuestros recuerdos.

21 de octubre de 2008

Todos me verán llorar.


Heme aquí, después de no sé cuánto tiempo, escribiendo algo en este abandonado blog. No me he acercado a él por una razón ya conocida por todos, se llama TESIS. Sí, la innombrable me ha tenido loca los últimos meses. Vivo y respiro para esa que es celosa, traicionera e interminable.

En fin, ahora me encuentro en un momento lúcido-lúdico, y estoy fantaseando con la tan ansiada graduación. Ese instante en el que me liberaré de todos mis pesares, la felicidad será de por vida, y seré libre para siempre (se vale soñar). En medio de este fantasear, me acordé de algo que me dijo Cristina Rivera Garza hace algún tiempo ya: "para exorcizarse de una tesis, hay que hacer una novela". Como ya sabemos, Rivera Garza hizo "Nadie me verá llorar", a partir de la investigación realizada para su tesis doctoral. Viéndolo así, desde la perspectiva de una tesista, el título me parece acertadísimo. Nadie me verá llorar... por esta tesis, por las correcciones eternas del director, por los tantos cafés negados con los amigos, por las películas no vistas en cartelera, por la vida en la biblioteca, por las noches sin dormir, etcétera, etcétera, etcétera. Nadie me verá llorar.

Sabias palabras, Cristina, por eso he decidido seguir tu consejo. Escribiré la contrapartida de tu novela, la cual se titulará: Todos me verán llorar. Novela autobiográfica con tintes de "Rosa Salvaje", "María Mercedes" y "Simplemente María", y en la que, por supuesto, la innombrable es la villana que no permite mi felicidad. Y claro, todos los personajes de la novela verán mis lágrimas de cocodrilo a flor de piel.

!No se la pierdan, que el argumento promete un culebrón de aquellos!


En letras chiquitas
. Ojo, la novela de Cristina Rivera Garza me parece excelente, pero dudo que mi exorcismo sea tan bueno como el de ella, lo mío es sólo una terapia-divertimento. No pretendo nada más.