25 de octubre de 2006

Las tardecitas para Amira



Estas son las tardecitas
Que cantaba la Ceci en este blog
Hoy por ser día de tu cumpleaños
Te las posteamos aqui.

Festeja Amira festeja,
Mira que ya los 28 te llego.
Ya las teclas de la compu cantan.
Las clases del PHD manda a volar.

Y hoy en tu cumpleaños,
de empanadas argentinas y pasteles te has de atascar.

¡¡¡Felicidades!!!

ceci

11 de octubre de 2006

Think Pink





No están para saberlo, ni yo para contarlo, pero en mi familia el cáncer ha sido una lucha constante. Cuatro de mis parientes cercanos han presentado casos de cáncer, siendo tres de estos de cáncer de mama. Han sido casos dolorosos y muy difíciles de superar.

Distintos doctores nos han dicho a mis primas, hermanas, tías y a mí que "tenemos una herencia". !Vaya herencia! Si pudiera rechazarla con tan sólo decir no, o por lo menos firmando un papel, ya lo habría hecho hace años, pero no puedo hacerlo porque es una herencia genética. Lo que sí puedo hacer, al igual que mis hermanas, primas, tías, sobrinas, etcétera, es cuidarme para evitar que esa herencia se propague en mi cuerpo. Hay que ir al médico por lo menos una vez al año para hacerse un chequeo de todo a todo. Hay que sacarse mamografías a partir de los treinta (OUCH!). Hay que comer muchos antioxidantes. Hay que ejercitarse, aunque sea un poco. El cáncer no sólo es provocado por los genes, también el estress, la mala alimentación y la falta de actividad física "ayudan". Ah! pero sobretodo, hay que conocer muy bien nuestras "lolas", "tetas", "chichis", "pelotas", en fin, como quieran llamarlas. Es importante (y necesario)que ustedes mismas se monitoreen. !Quiéranlas un poco! Manténganlas sanas... mínimo por el atractivo visual, caray.

Tal vez no me lo crean, pero he conocido a varias mujeres, con carrera, master y hasta doctorado, que no se preocupan por hacerse un análisis anual. Por favor, no sean así, es una cuestión de salud. Un chequeo a tiempo puede evitar esta enfermedad.

Así que, por éste y todos los meses del año, tengo puesta la camiseta rosa, me resisto a cargar con "mi herencia" y les digo a ustedes, mujeres que leen este blog, que no dejen de lado su cuerpo. Please... Think pink.

A.

7 de octubre de 2006

Vulnerable

No me gusta sentirme frágil.
Detesto mostrarme frágil.
Pero se acerca, cada vez más,
uno de esos tres días del año
en los que me es imposible escapar...
10 de mayo, 2 de noviembre, 25 de diciembre.
Días que me vuelven débil,
que me vencen.

Necesito una tregua con ellos.
Necesito un pacto con la pérdida.

A.

4 de octubre de 2006

Ceci...the bitch transformation

Escribo desde un rapto, así que no me busquen en zonas bloggeras y posteadoras, esto va a tomarme hasta noviembre, aquí dejo registro de mi ausencia, extráñenme un poco ¿va?....¿La razón? Estoy leyendo "El manual de la perfecta cabrona" a conciencia con esmero y aplicación total.

La próxima vez que me encuentre golpeando las teclas de este teclado seré la reencarnación femenina del mismísimo hulk, desayunaré carne cruda, y para saludar lanzaré un gruñido temible y feroz.

No señores, no es el resultado de mi vida amorosa, es nada menos que mi nueva vida laboral, la cual me tiene al borde de entrar al manicomio. Así que me entregué a la lectura del libro de Beatriz Hills que jamás consideré joya de la literatura y lo abrazo con la esperanza de terminar la lectura convertida en Ceci Frankenstein, Ceci Kruger o de perdido Ceci Tio Cosa (tal vez peluda doy más miedo)...todo para ser una bitch.

A Beatriz Hills me la topé en un pasillo de la Feria del Libro en el 2004, necesitaba una traductora y por casualidad fui la elegida. Si, estaba enfrente de la que osó usar "cabrona" en un libro ( imagino a mi abuelita persignandose mientras repite la palabra de la portada ) y me encontré con una señora que bien podría ser la mamá de cualquiera.

¿Quien es una cabrona? Pregunté, mientras el reportero se sonrojaba al escuchar "bitch". Hills suspiró y me explicó que todas las personas etiquetamos a las mujeres como "bitchs" cuando quieren sobresalir, las rebajamos, las clasificamos como indecentes, de esta manera boicoteamos su éxito. Por el contrario nos llenamos de "lindura tóxica", embabadas de concesiones que pasan sobre nuestros verdaderos deseos.

Por favor al saludar, llámenme "cabrona", eso hará que una lágrima de alegría ruede por mis ojeras y llegue hasta mis orejas.

Por cierto visítenme en la Feria del Libro (http://fil.mty.itesm.mx del 14 al 22 de octubre).... si me ven tirada en el suelo de cintermex, tengan compasión de mí y me hacen a un lado. Tendremos las "Primeras Jornadas de Expresión en Línea….Blog to be Wild" (¡¡¡todo sobre blogs!!!) y en la law school de Harvard ya nos hicieron propaganda. http://www.globalvoicesonline.org/2006/10/03/mexico-blog-to-be-wild/



Ceci, más loca y esperando ser más bitch que ayer....

1 de octubre de 2006

Hormigas en el teclado

La noche de un sábado que se me ha convertido en domingo. No puedo dormir. Una madrugada más pensando en los pendientes que se desbordan del corcho. Junta el lunes. Traducción el martes. Clase el miércoles. Edición el jueves. Conferencia el viernes. Tarea el sábado. Rabia el domingo... y las hormigas siguen en el teclado, acechándome.

La pupilas se me derraman y las hormigas corren entre las teclas. Se suben a mis dedos. Las sacudo constantemente para ver si ya me dejan en paz de una vez por todas. Pienso que se van a comer el CPU, que están masticándose la información acumulada en cuatro años. Que en unas horas el monitor no se encenderá más. Que en sus pequeñas cabezas se irá el remedo de tesis que me está devorando el cerebro. He llamado más de una vez al exterminador. Siempre deja sobre la estufa una nota verde. Dice que espere dos semanas para que las hormigas desaparezcan. Pero no mueren, al contrario, se multiplican y pululan todas las noches por el teclado. Me pican las manos, se suben a mis brazos, hacen carreras en el escritorio, osan pasearse por el hueco que forman el TAB, la Q y el Caps Lock. Son mis vecinas incómodas. Soy su vecina incómoda. Estoy perdiendo la batalla y el exterminador también.

Con su diario correr nocturno, las hormigas me recuerdan que hay prisa, que hay que terminar el trabajo empezado, que no es hora de dormir y, lo que es peor, que no me van a dejar.

La noche de un sábado que se me ha convertido en domingo. No puedo dormir. Una madrugada más pensando en los pendientes que se desbordan del corcho. Llamada urgente el lunes. Redacción el martes. Clase el miércoles. Examen el jueves. Discusión el viernes. E-mail el sábado. Rabia el domingo... y las hormigas siguen en el teclado, acechándome.

A.