29 de mayo de 2006

Un gato azul


Si bien mi madre no era una acérrima admiradora de Roberto Carlos (a ella sólo José José, por favor), escuchaba con especial atención aquella balada que dice: "el gato que está triste y azul, nunca se olvida que fuiste mía...". No recuerdo el nombre de la canción (ni aún cuando Yahir ha puesto de nuevo en circulación las melodías del brasileño), pero sí me acuerdo de lo que yo pensaba cuando la oía.
En aquella época tendría unos cinco o seis años, y cada vez que el cantante mencionaba al gato azul se venía a mi mente la fotografía de un gato de angora con pelo muy espeso y de color azul eléctrico; la imagen era bastante surrealista. Si el tiempo no me engaña, mi gato azul estaba sobre un ropero antiguo esperando el momento justo para saltar hacia las piernas de Roberto Carlos, quien cantaba su desgracia sin darse cuenta del inminente ataque gatuno. Para mí, el felino estaba triste (o incluso enojado) porque lo habían pintado de azul y no de café o de blanco, no porque una mujer había abandonado al protagonista humano de la historia; es más, la cuestión romántica ni siquiera entraba en mi cabeza, el punto era que ahí había un gato azul y eso era algo impensable.
Con el gato azul me devané los sesos durante varios meses. No era normal que existiera uno en la vida real; el gato Félix y el Risón eran de "a mentiras", por lo tanto tenían lógica, pero el de Roberto Carlos no parecía de "mentiritas". La idea era fascinante... un gato realmente azul, esa sí que era la apoteosis de mi niñez. Muy en el fondo, pensaba que era imposible encontrar un gato azul, sin embargo, y tal vez por primera vez en mi existencia, acepté otra posibilidad. Tal vez los gatos azules sí existieran y hubiera algunos por ahí, perdidos, esperando que lo encontraran.
No los he encontrado todavía; lo más cercano que he visto es el gato siamés tipo "blue point" y aún así le falta "azulosidad". Además, en la adolescencia supe lo que significa la idea de "sentirse azul" y ahí se resolvió mi gran enigma infantil. Aún así, no he perdido las esperanzas, el gato azul eléctrico posiblemente exista en algún lugar y me siga esperando. Amira

2 comentarios:

Unknown dijo...

En la torre!!
¿Qué significa sentirse azul???

Saludos!
Tony =)

A. dijo...

jajajaja! Significa estar melancólico.
Gracias por el comentario!