21 de noviembre de 2006

Mi abuela...entre arroz y habichuelas

La primera canción de rap de la que tengo recuerdo es de Wilfred y la Ganga, un rapero que contaba las hazañas de una abuela nada dulce y escasamente divertida que se dedicada a cortarle el pelo, afeitarle la barba, estropearle sus dotes de conquistador y hacerle las vacaciones mas rígidas que un régimen militar. Todo lo anterior al ritmo de: mi abuela....arroz con habichuelas.
Antes de tan popular canción, esta la memorable "Dime abuelita", en la que una serie de preguntas interrogan a la dulce viejecita que tenia un ropero bajo llave lleno de recuerdos. ¿Que tipo de recuerdos? Tal vez tiene las cartas de un acalorado amante, la dentadura perdida del abuelo, los dulces que no puede comer por la diabetes y cuentas de banco en Suiza de cientos y miles de dólares gracias al negocio del narcotráfico. Ese sería un ropero digno de analizar.

Yo creo que mi abuela en su ropero tiene el freno de su camioneta pick-up. Nuestros primos la apodaban "Schumacher" y a pulso se ganó el título digno de las mejores hazañas en el boulevard de la ciudad. Solo recuerdo ir en la parte trasera de su pick up, sujetada hasta con los dedos de mis pies, mientras ella probablemente se reprochaba haber encontrado la utilidad de tan insignificante pedal.

En busca de los especimenes de abuelas que hay por ahí...me dedique a la investigación:
¿Y la tuya? - pregunte a un amigo- Sin albures, mi abuela practica el deporte de los chistes-

Me imagine a una abuela rentada para fiestas y reuniones, con micrófono en mano hablando de groserías y contando albures al por mayor, despilfarrando palabras altisonantes y tejiendo una bufanda para sus nietos en los intermedios. Mientas pensaba en como convencer a la mía para que adoptara este nuevo pasatiempo, mi amigo explicó que la suya solo se dedicaba a: "el registro del chiste", todos los recopilaba, los de la tele, los de la calle, los de su memoria y a cada visita la recibía le intentaba leer alguno, atropellada con sus propias risas al recordarlo.

Para ser una verdadera abuela, hay que dedicarse a los chistes, a las emociones fuertes de la velocidad, los vicios y la perdición. Sin duda parezco poco abuela, alejada de las prácticas dignas de toda una generación de sabiduría.

¿Qué abuel@ eres?

2 comentarios:

Jan de la Rosa dijo...

Jajajaja, buenísimo post!

Mi abuela, a parte de la mejor cocinera del norte de México, cantaba en un mariachi que estaba conformado por alguno de sus hijos, yernos, sobrinos y todo aquel que quisiera entrarle.
Ella era la primera voz. Su super hit era Cucurrucucú Paloma....
Ah, y era bruja; lo suyo era más "humanista" =P

Dicen que me parezco mucho a ella...

Herr Boigen dijo...

Yo quiero una abuelita que saque la pistola cuando se necesite y que sea bien bien resbalosa con los viejitos :O